De aquí ponemos rumbo a Bayeux a donde llegamos un poco después de las 12h.
Accedemos a un aparcamiento (49.281275; -0,706141) del que alguien cita las coordenadas diciendo que es gratuito y hay agua. Lo primero es verdad, lo segundo, no lo encontramos. Dejamos la autocaravana junto a otras dos francesas que se habían acoplado para una comida compartida y pusimos rumbo a la catedral con un mapa sacado de internet.
Accedemos a un aparcamiento (49.281275; -0,706141) del que alguien cita las coordenadas diciendo que es gratuito y hay agua. Lo primero es verdad, lo segundo, no lo encontramos. Dejamos la autocaravana junto a otras dos francesas que se habían acoplado para una comida compartida y pusimos rumbo a la catedral con un mapa sacado de internet.
Bayeaux tuvo la “suerte” de no ser gravemente dañada por los bombardeos aliados durante la Batalla de Normandía, así que su patrimonio se mantiene en buen estado y apenas restaurado.
Nos costó orientarnos un poco. Descendimos por una calle dirección a la catedral de Notre Dame y según nos acercamos vamos descubriendo algunas casas de entramado del siglo XV. A nuestra derecha parecen asomar las agujas de lo que deducimos debe ser nuestro primer lugar a visitar, así que ponemos rumbo a ella. Una bonita fachada de entramados mira hacia la catedral. Tras detenernos unos minutos en su contemplación, entramos y su interior nos deja casi sin aliento.
Gótico normando, bella, esbelta, llena de luz, de formas elegantes, una ligera bruma producida por la quema de incienso junto con el olor, … todo nos atrapa y nuestros ojos se pasean nerviosos por las mágicas formas de piedra, por las vidrieras, los frescos, los absidiolos….
En su interior destacan las interesantes pinturas del brazo derecho del transepto. La girola y los absidiolos son una muestra preciosa de este gótico normando.
Descendemos a la cripta románica del siglo XI en semipenumbra. Es toda una belleza. Las bóvedas reposan sobre ménsulas decoradas con personajes grotescos y monstruos.
Y según escribo no dejo de observar la gente de mi alrededor. Hago un inciso en la transcripción del relato.
El día de hoy, 14 de julio, es muy popular, no sé si por la fecha, pero supongo que el tiempo también tiene que ver ya que la tarde es magnífica aunque la temperatura deja algo que desear (18-20ºC que con la humedad del mar es más bien fresquita).
Frente a nosotros una familia ha sacado sus sillas y mesa y degustan su cena a las 20,15h, al lado un grupo de amigos con sus niños. Llega un productor de sidra entrado ya en añitos ofreciéndonos sus productos. 4 euros por una botella. Aunque nos parece algo caro tenemos que probarla y compramos una. Y sigue llamando a las puertas de las autocaravanas que estamos aquí instaladas. Los suizos de al lado que, valga el comentario, estaban también ayer, le compran tres. Buen negocio. Hay que reconocerles a los franceses que saben venderse y que no se les escapa una oportunidad.
El día de hoy, 14 de julio, es muy popular, no sé si por la fecha, pero supongo que el tiempo también tiene que ver ya que la tarde es magnífica aunque la temperatura deja algo que desear (18-
Frente a nosotros una familia ha sacado sus sillas y mesa y degustan su cena a las 20,15h, al lado un grupo de amigos con sus niños. Llega un productor de sidra entrado ya en añitos ofreciéndonos sus productos. 4 euros por una botella. Aunque nos parece algo caro tenemos que probarla y compramos una. Y sigue llamando a las puertas de las autocaravanas que estamos aquí instaladas. Los suizos de al lado que, valga el comentario, estaban también ayer, le compran tres. Buen negocio. Hay que reconocerles a los franceses que saben venderse y que no se les escapa una oportunidad.
Regreso a mi relato.
Dejamos atrás la catedral para seguir las indicaciones hacia el famoso “Tapiz de Bayeux” o de la Reina Matilde, Patrimonio de la Humanidad. Tenemos suerte ya que abre en horario continuo y nuestra suerte continua porque nos dan una audioguía en ESPAÑOL!!.
Este enorme tapiz de 70 metros de longitud, uno de los más antiguos que se conservan (siglo XI), está expuesto en una sala en forma de “U” y realizamos la visita siguiendo las etapas bordadas en él.
Nos cuenta con todo lujo de detalles la Conquista Normanda de Inglaterra llevada a cabo por Guillermo I, el Conquistador.
La narración nos resulta muy amena y tenemos la impresión de que nos relatan un cuento ilustrado, solo que estas ilustraciones son únicas y de un valor incalculable, bordadas en lana sobre algodón. Realmente estaría a medio camino ente un cuento y un tebeo de nuestra infancia. Angel también disfruta, hasta que…”colorín colorado, este cuento se ha acabado”.
Totalmente recomendable la visita y muy singular.
No obstante, en nuestro camino de regreso descubrimos algunos bonitos rincones de esta ciudad en los que nos detenemos.
Después de comer y descansar, decidimos que es “mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer” y que posiblemente con el ticket de 6 euros que esta mañana hemos abonado en el aparcamiento de Arromanches podamos pasar la noche allí. E incluso, con suerte, disfrutar de los fuegos artificiales que seguro que esta noche hay. Además, todas las áreas cercanas son ya de pago así que ponemos rumbo hacia allí. Pero cuando llegamos, el aparcamiento está hasta la bandera y encima nos piden 6 eurazos más ya que es solo por 12 horas.
Atravesamos la villa que está abarrotada con filas de coches por todos los lados. Pienso que a estos galos les gustan mucho las ciudades quizás por sus comercios o restaurantes cercanos y que posiblemente en Longues Sur Mer tengamos más oportunidades, así que continuamos la línea de costa, retrocediendo hasta Caen. Ya hemos tenido la experiencia de una tarde de sábado donde cualquier secarral está lleno.
Cuando llegamos el aparcamiento principal parece un jubileo, pero cuando llegamos al de la noche anterior, aún tenemos sitio, así que nos damos prisa y nada más situarnos llega un grupo de cuatro turismos que aparcan juntos ocupando casi todo el espacio que quedaba libre. Nuestro único problema es que andamos más bien escasos de agua. Mañana sí o sí hay que pagar por ella. Por lo demás, perfecto.
Decidimos hacer un paseo por un camino que va a largo de la costa dirección Arromanches regresando más o menos a la media hora de iniciarlo. Disfrutamos del azul del mar a un lado y del color dorado y verde de distintos cultivos al otro: trigo, cebada, colza, maíz. Mucha variedad.
Desde aquí no sé si disfrutaremos de los fuegos artificiales que hemos visto anunciados en la villa, pero no podemos elegir.
Y me desmayo pero a eso de las 23,30h me despiertan los lejanos ecos de los fuegos. Nos asomamos y vemos los últimos segundos. En la misma perspectiva vemos también los de dos lugares más alejados en la misma costa. Mira que me gustan y llevo un montón de años viajando por este país en julio y coincidiendo con el día 14 y ninguna vez los hemos disfrutado. Algún año lo conseguiré.
Mañana pondremos rumbo norte y sigo sin encontrar bichos que meter en mi olla.
Era la ciudad
preferida por Guillermo el Conquistador que hizo construir en ella un castillo
y dos abadías: la de los Hombres para
reconciliarse con el Vaticano que le reprochaba casarse con la princesa de
Flandes, su prima lejana, y la de las Damas. En 1066 emprende la construcción
de la Abadia, cuya iglesia, de Saint-Etienne, constituye un maravilloso
testimonio del románico.
Visitamos la
Iglesia de St. Pierre, que llama la atención por el lujo de su ornamentación.
Fue comenzada en el siglo XII terminándose en el XVI en el estilo renacentista.
Así se conjugan varios estilos, el gótico radiante y flamígero y después el
renacentista.
Ahora ponemos proa a Dives Sur Mer pero en vez de parar a comer de camino, pensamos que con tan solo17
km de distancia y siendo viernes, mejor asegurarnos la
pernocta.
Pasadas ya las
17h nos acercamos a visitar Dives Sur Mer
y junto al cementerio a la entrada vemos un aparcamiento que dista 300 m de nuestro primer lugar
a visitar en esta ciudad, Les Halles, así que no nos lo pensamos. Un grupo de
media docena de autocaravanas están aposentados en pendiente.
Junto a este lugar
encontramos la mansión de Bois Hibout, del siglo XVII construida en
piedra blanca de Caen y que pertenecía a un ex ayudante de cámara ennoblecido
por Luis XIV. En el siglo XIX, la mansión fue el hogar de una estación de
policía.
Y la ciudad es
una belleza. Tan solo es una calle central y algún que otro rincón pero resulta
todo tan armonioso y elegante que es una delicia para los ojos. Nada tiene
desperdicio. Casas de entramado de madera muchas convertidas ahora en
restaurantes, bares, creperies, o tiendas diversas de regalos. Se mire donde se
mire hay alguna casa o rincón bello. La
plaza central está rodeada de ellas a cual más hermosa y en el centro hay un
mercado cubierto de entramado de madera.
Cerca de la plaza, una vieja casa solariega del siglo XVI, también de entramado y vigas
talladas.
Y descubrimos
que en realidad el “calvados” es un coñac lo que justificaría su elevado precio.
Es una suerte que no nos guste.
Hay bodegas de sidra con sus lagares. Perderse por este pequeño rincón de la Francia bien merece una visita.
Ahora ponemos rumbo a Deauville.
Y entramos a
la altura del centro de talasoterapia descubriendo los 653 metros de
madera (de Madagascar) del paseo de la
playa que ofrecen un espectáculo sorprendente: un entorno impresionista donde
los rayos de sol juegan con las nubes y los reflejos del agua. En la playa se
extiende un campo de sombrillas multicolores que combinan con las tumbonas.
Este colorido da alegría a la dorada arena de la playa y se extiendo a lo largo
y ancho de ella.
Cuando
regresamos vemos que el aparcamiento está ahora lleno pero no dejan de entrar
coches buscando sitio. Decidimos comer allí y yo doy buena cuenta de las
ostras. Deliciosas, superfrescas aunque tengo miedo de hacerme daño al abrir
alguna ya que no tengo buena herramienta. Después de un breve descanso roto por
las campanadas del reloj. -¡Qué manía tienen los franceses con esto!-. Y
ponemos rumbo a Honfleur, donde
estamos ahora (49.41948°; 0.24187°).
Y nos dirigimos
a la villa a tan solo cinco minutos caminando La encontramos cuajada de gente.
Es una locura, todas las terrazas están llenas, las calles también, pero es que
se entiende ya que el sitio es toda una belleza. Es una auténtico museo, todo
él. Calle tras calle, rincón tras rincón
nos sentimos seducidos por ella. El pequeño puerto pesquero lleno de
colorido y rodeado de pintorescas casas antiguas de piedra con entramados de
madera y recubiertas de pizarra se
descubre ante nosotros . Es una preciosa postal, un conjunto que invita a
perderse por sus calles, a deambular sin rumbo.
Después nos
seguimos perdiendo por sus calles, callejuelas, rincones,....subimos, bajamos y
cada casa atrae nuestra atención y disfrutamos de su contemplación. Es un museo
vivo al aire libre y el puerto le confiere también un sabor especial. ¡Lástima
que haya tanta gente! Porque con menos debe ser una delicia auténtica.
Estamos
cansados, llevamos casi dos horas caminando. Son casi las 20 h y decidimos
regresar para dar cuenta del kilo de mejillones, o mejor dicho, “mejilloncitos”
que hervimos al vapor. Y no queda ni por qué preguntar. Buenísimos. Agradecemos
a nuestro vecino su generosidad con la luz con una platito de embutidos y
quesos españoles y nos recogemos. Estamos
muy cansados; quedan 15 minutos para las 22 horas. Todavía no se ha puesto el
sol y me iría a la cama aunque no creo
que mi sueño fuera respetado ya que la gente está en la calle y excepto
nuestros vecinos generosos, los de al lado son bastante ruidosos.
VIERNES 14. ATRÁS EL DESEMBARCO.
Recorrido: Longues Sur
Mer-Caen-Puente Pegasus-Dives Sur Mer
Pernocta: Dives Sur Mer
((49.284719; -0,096698).
De nuevo una
mañana estupenda. El sol entra a raudales por las ventanas. El mar está
tranquilo y solo se oyen los pajarillos. Hemos hecho noche once autocaravanas.
Un cochecillo
se acerca a recoger lo que es la basura. Angel hace un ingenioso comentario que
despierta mi hilaridad. Es sobre una curiosa papelera que era un tubo de
uralita en el que habían puesto una bolsa negra. Primero se sorprendió de que fuera para depositar basuras pero
sobre todo que vinieran a recogerla. Y
es que según él, esto en España, no ocurre, dice que se hubiera
convertido en “yacimiento arqueológico”. Ocurrente se ha levantado hoy.
Nos apena
dejar este lugar tan estupendo donde se respira paz pero marchamos hacia Caen. Me “dan susto” las grandes urbes. No me siento cómoda en
ellas pero hay que visitarla y a pesar de los bombardeos de junio de 1944, esta
ciudad conserva un gran patrimonio arquitectónico. .
Tan incómoda
que, una vez en ella, dejo atrás un gran
mercadillo y no siento la mínima curiosidad por él. Y eso, es raro en mi. Elegimos
para comenzar la Abadía de los
hombres.
Y según nos
adentramos en la ciudad empezamos a comprobar que no es muy hospitalaria para las autocaravanas
ya que tenemos problemas para aparcar. La dejamos en la calle a unos 300 m de la Abadia.
A pesar de los
bombardeos que duraron dos meses, la ciudad histórico-artística conserva un
gran patrimonio arquitectónico.
Atrás dejamos
las ruinas de lo que en su día fue la iglesia de St Etienne le Vieux para dirigirnos a la Abadía de los Hombres,
rodeada de los edificios conventuales que actualmente son sede de la
municipalidad de la ciudad y ya observo algo extrañada la bandera francesa a
media asta.
Accedemos a la
iglesia. Esta impresionante obra de arte arquitectónica llama la atención por
la elegancia de sus líneas que mezclan la estética románica y el impulso del
estilo gótico radiante junto con el flamígero y después, el renacentista. Su
interior es un lujo para los ojos, sobre todo los techos. Aquí se encuentra la
tumba de Guillermo el Conquistador.
Tras deambular
disfrutando de la belleza de este lugar, la dejamos atrás para recoger la
autocaravana y poner umbo al castillo.
Y para arriba,
para abajo, a la derecha,…no encontramos donde aparcar y cuando le digo a Angel que hago el último intento y que si
no, me largo, encontramos un sitio gratuito ahora, a las 12,30, junto al castillo.
No falla.
El castillo de
Caen es uno de los recintos medievales más extensos de Europa. El Palacio de
Guillermo el Conquistador fue fortaleza real primero y convertido después en
cuartel de infantería. Aunque cada siglo
de su historia ha dejado su huella plasmada en forma de multitud de símbolos, leemos
que actualmente no tiene nada, excepto exposiciones asi que atravesamos todo el
recinto amurallado para acercarnos a la cercana iglesia de Saint Pierre que
está a sus pies.
Y al salir
comprobamos por segunda vez que la bandera francesa está a media asta. No
sabemos que ha podido ocurrir pero si hubiera sido ayer los fuegos artificiales
habrían sido suspendidos. También pensamos que puede haber ocurrido algo en
algún otro país europeo.
Entramos en la
oficina de turismo para pedir un plano y preguntar por el horario de apertura
de la Abadía de las mujeres. Vemos que tienen wifi e intentamos conectarnos
varias veces, pero –y esto ya nos ocurrió varias veces el verano pasado- nos
dicen que tenemos que ver “cosas” que en mi teléfono al menos no salen, así que
lo dejamos sin conseguirlo y se nos olvida preguntar el motivo de que las
banderas estén a media asta.
Desde el
exterior admiramos su magnífico campanario del XIV, de cerca de 80 m de altura.
Nos dirigimos
después a la Abadía de las Damas pero no encontramos donde aparcar así que
cansados y enojados, decidimos irnos para poner rumbo a nuestro siguiente
destino: el puente pegasus que
atravesamos y fotografiamos.
Este
puente protagonizó uno de los primeros
episodios del desembarco de Normandía en 1944. En la noche del 5 al 6 de Junio
paracaidistas británicos de la brigada “Pegasus” aterrizaron con tres
planeadores en las inmediaciones del puente con intención de apoderarse de él
para facilitar el avance de los aliados que vendrían desde las playas de Utha ,
Omaha y Arromanches en dirección a
Caen. A un lado y a otro del puente que
salva el canal de Caén se entabló una desigual batalla entre los pocos
paracaidistas británicos y la guarnición alemana que duró mas tiempo del
previsto hasta que llegaron las fuerzas americanas uno o dos días después. Aún
así consiguieron recuperar este importante punto estratégico para el avance
aliado.
Despues
aparcamos en las inmediaciones del Café
Gondreé, que permanece intacto regentándolo familiares directos de los
dueños que ofrecieron café a los primeros soldados que lucharon en Francia para
librarla de la ocupación alemana después de cuatro años.
Es un café
típico de Normandía construido en 1865 y comprado en 1934 por la familia que le
da nombre y que lo sigue regentando. Son conocidos por haber sido la primera
casa y familia liberados por la sexta división inglesa durante la madrugada del
5-6 de junio de 1944. Se convirtió en un hospital y fue usado como teatro.
Desde este café se pasaba información a Inglaterra durante la ocupación.
Accedemos a su
interior que es un auténtico museo, pequeño y profusamente decorado con toda
clase de recuerdos. Especialmente emotivas son las fotos de los auténticos
protagonistas supervivientes que se hicieron pocos años después de la guerra en
visitas de cortesía con los dueños y los habitantes del lugar.
Una cola de
gente se agrupa delante del mostrador. Pensamos que es para pedir, pero no, los
camareros aquí son baratos ya que son los propios clientes los que hacen cola
para pedir y llevarse su consumición a
las mesas del exterior. Una anciana dama regenta este legendario lugar. Hago
una foto y cuando voy sa hacer la segunda, de malos modales me dice que no. Luego
veo que hay un hermoso cartel que prohíbe hacer fotografías.
Ahora ponemos proa a Dives Sur Mer pero en vez de parar a comer de camino, pensamos que con tan solo
Y aquí empieza
un peregrinar de area, en área. Todas completos y lo que nos llama más la
atención es que hemos llegado a ver autocaravanas en la misma cuneta con sus dueños sentados fuera en la
parte trasera. Sinceramente, no es mi idea de pasar un fin de semana.
Un poco
desesperados llegamos al aparcamiento de un centro comercial con pernocta
habilitada donde hay varias autocaravanas ya. Pero es un auténtico secarral
a bastante distancia de la ciudad por lo que nos vamos y
debajo de un arbolillo comemos a las 16. Ya está bien. Ya nos buscaremos la
vida para dormir. Luego pensamos en acercarnos a visitar la ciudad y regresar a
pernoctar a este centro comercial. Pero ¡¿qué encontrarán los franceses en
estos sitios?!
Sobre las
15,30 recibimos las llamadas de nuestros hijos. Nos cuentan lo que ocurrió en
la noche de ayer 14 de julio en Niza a
manos de un loco. Parece ser que hubo un atentado y unas 80 personas murieron
mientras que disfrutaban de los fuegos
artificiales.Nos dicen preocupados que tengamos cuidado. A parte de Caen la otra gran ciudad que nos queda
es Rouen, pero eso da igual. Solo tienes que cruzarte en el camino de un loco
de este estilo sin importar donde estés. Lo cierto es que hasta ahora no
habíamos visto apenas policía, y hoy hemos visto ya dos parejas. Ahora
comprendemos el motivo de las banderas a media asta.
Y vamos
descubriendo esta coqueta ciudad. Las halles, un espectacular mercado
del siglo XV donde todos los sábados se celebraba mercado. Es una impresionante
estructura de madera apoyada en 66 pilares de robles que a su vez descansan en
soportes de piedra. En los pilares se
encuentran también los escudos de armas de familias nobles que participaron en
la conquista de Inglaterra con Guillermo el Conquistador.
Aquí
preguntamos por la aldea de Guillermo el Conquistador que encontramos
muy cerca.
Este es un lugar
especial. Una posada del XV con patios
interiores con corredores a los
que se abren lo que en su día fueron las
habitaciones. Toda una belleza. Y se mire por donde se mire hay un rincón con
sabor. Es delicioso y único. Su último
propietario la adornó con jarrones, bustos de piedra y tallas que están
dispersas por los patios. Aquí se
encuentra la oficina de información y Turismo donde pregunto por un sitio para
pernoctar aconsejándonos el aparcamiento del cementerio y de la iglesia donde
se permite únicamente durante 24 horas. Curiosamente, es donde la hemos dejado
aparcada.
Después paseamos por una deliciosa callecita que nos
dirige a la iglesia de Notre Dame. Y peco de nuevo. Me ha aficionado a los pastelitos
normandos y lo primero que voy a hacer cuando llegue a casa es buscar su receta
(lo hice y la reproduje. Deliciosa).
La iglesia está
junto al cementerio y data del XI aunque ha sufrido varias reconstrucciones del
XIV al XVI y por lo tanto podemos ver varios estilos hasta el gótico flamígero. Vitrales hermosos cuentan
la historia de la fundación de la iglesia aunque su estado general de conservación no es muy bueno.
De regreso, trasladamos
la autocaravana a un lateral de la iglesia
(49.284719; -0,096698), justo detrás de donde la habíamos aparcado
inicialmente. Hay una camper y una
integral pero no vemos movimiento en esta última..
Ducha
estupenda y ahora vemos nubes grises que se acercan por la costa. Mañana
pondremos rumbo más al norte. Pero es aquí donde comenzará nuestro retorno una
vez que hallamos subido hasta Etretat y Fecam. Nos adentraremos en el Valle del
Sena hacia el interior, hacia Rouen.
SABADO 15.
CIUDADES DE POSTAL
Recorrido: Dives Sur
Mer- Beaumont en Auge-Deauville-Honfleur
Pernocta: Honfleur
(49.41948°; 0.24187°)
A las 6,30
hemos oído movimiento. Coches que entraban y salían y eso que donde estábamos
era casi como un fondo de saco. Cuando a las 8,30 salimos a buscar unos croisanes
comprobamos el motivo. Estamos casi rodeados. ...¡de puestos de mercadillo!.
Bueno, exagero un poco. El mercadillo está escasos 20 m de nosotros por lo que el
aparcamiento estaba muy solicitado y es
que estos franceses madrugan. ¡Qué ilusión!. Un mercadillo a las puertas de la
autocaravana. Ilusión….pero pesadilla para salir.
Así que hemos
desayunado, yo un exquisito croisán espachurrado relleno de algo y con almendra
amarga por encima, y nos hemos ido a visitarlo. Que es como todos, de todo y
variado, pero en este descubrimos que en la zona de alimentación situada en la
propia “Halle” y en el exterior hay varios puestos que venden ¡ostras! (y no es
expresión) y mejillones, así que sin
mirar ni pensar mucho me sitúo en una de ellas, la de mayor longitud (por algo
será) aunque espero muy poco. A 4,50€ el kilo de ostras que están clasificadas
por tamaños según los números. Y a 4 euros los mejillones enanos. Un poco más
de medio kilo de ostras para mi solita, y un kilo de mejillones que me llevo
tan ilusionada como un niño con zapatos nuevos. ¡Por fin!. Ya no me llevo las
olla sin usar. La fruta sigue estando cara. Las cerezas como baratas a 5 euros
el kilo y cualquier tipo de fruta a unos 3€.
Y nos ofrecen queso, nos gusta y como nos comportamos como guiris auténticos,
pues no las dan “con queso”, ya que lo pagamos 28 euros el kilo. En mi vida he pagado yo eso
por un queso español. Y nos está bien empleado por no preguntar.
Entramos en el
mercado que ayer vimos cerrado y que ahora está en plena ebullición como 16
siglos atrás. Parece que en este tiempo no ha perdido su función, su encanto,
cobrando vida...
Cuando
regresamos a la autocaravana vemos que
se ha cumplido nuestro temor: han aprovechado el pasillo central para aparcar lo que dificultaría e incluso podría impedir
que saliéramos pero justo donde estamos nosotros hay un hueco que inmediatamente
reservamos hasta poder salir. Luego
comprobamos que no hubiera sido necesario pero mejor así.
Ahora rumbo a Beaumont en Auge a unos 20 km hacia el interior.
Carreteras estrechas pero cuando nos cruzamos con otro nos apañamos bien.
Nos
entretenemos en el pueblecito comprando alguna que otra cosilla y me invade la
tristeza cuando me descubro mirando unos objetos que podrían gustarle a mi
madre cuyo cumpleaños hubiera sido el 12 de agosto. Pero ya no está. Desde hace
casi un año. Y mi padre tampoco. Con lágrimas en los ojos se lo compro a mi
hermana.
Hay bodegas de sidra con sus lagares. Perderse por este pequeño rincón de la Francia bien merece una visita.
Ahora ponemos rumbo a Deauville.
Y una vez allí
nos metemos en un monumental atasco. Sábado por la mañana, cielo azul, temperatura
estupenda. Es el primer día de los que
llevamos de viaje que paso calor así que
todo el paseo de la playa está atascado y no encontramos sitio donde
aparcar. Damos vueltas y vueltas sin encontrar y empezamos a pensar que tendremos
que irnos sin ver nada de esta ciudad, pese a que el lugar merece una visita
detenida ya que contemplamos unas casas espectaculares, de entramado de una arquitectura elegante y
nada sobria que derrochan imaginación y
elegancia en una combinación de líneas,
ángulos, colores por todos los lados.
Pero cuando
estamos a punto de desistir en una bocacalle junto a la iglesia vemos muchos
sitios. Nos sorprende y miramos varias veces por si estamos en algún lugar privado
o prohibido, pero no es así. Así que la dejamos (49.353977; 0.070361) y nos
dirigimos en primer lugar a ver la Villa Strasburguer a unos 300 m de donde estábamos,
cerca del hipódromo por donde pasamos dejando atrás boxes y más boxes de
caballos que parecen estar vacíos.
Llegamos a una
esquina (49.351770; 0.073528) donde
parece que está localizada esta villa, pero solo veo una casita pequeña que en
sí ya es una preciosidad, confundiéndola con la villa. Angel me dice que debe
ser la casa del guardés, como así comprobamos cuando unos pasos más adelante descubrimos
en lo alto de una suave colina una espectacular mansión de unos cuatro cinco
pisos cuyas formas parecen jugar caprichosamente: ángulos, líneas rectas y
curvas, colores….y flores, muchas flores. Toda una belleza digna de ser vista. Erigida
en 1907 y comprada años después por el multimillonario americano Ralph-Beaver
Strassburger es un arquetipo de las
casas solariegas locales, seduciendo con su planta baja construida en dameros
de ladrillos y de piedras y su piso de entramados. Desde 1975 está inscrita como Monumento Histórico.
Ahora ponemos rumbo a la playa de la que estamos a unos
500 o 600 metros y aunque el
sol aprieta, la temperatura es agradable. A nuestro paso vamos dejando
hermosas y elegantes casas que dan una
idea del sitio tan singular y algo, o
muy “pijo”, en el que estamos.
Las cabinas
que están al otro lado de este curioso paseo están dedicadas a alguna figura
del cine.
A las cabinas
las suceden puestos de finos restaurantes donde la gente se agolpa a comer a
estas horas. Observamos la decoración de
algunos platos, digna de fotografiarse.
Ya podemos
regresar y mientras lo hacemos, igual que cuando venimos, vamos fotografiando
algunas que otras “chabolejas” que dejamos a nuestro paso. Hay muchas nuevas,
edificios de apartamentos que simulan construcciones antiguas, pero la mayoría
son mansiones antiguas, a cada cual más bonita, original y elegante.
La pobre Tula
se ha desmayado sobre el asiento y ahora, en el área de autocaravanas de
Honfleur, formamos parte de un grupo de casi 300 que han aprovechado cualquier
hueco para instalarse, en orden. Hemos tenido suerte. Según llegábamos desde
fuera he visto un hueco y pese a que Angel ha dicho de buscar otro, yo me he
lanzado directa a él. Y hemos hecho bien porque no había ni uno solo. Hasta la
bandera. Es un secarral, un aparcamiento sobre tierra junto al río Sena y al puerto; tiene algún sitio más agradable
que otros, lo que importa poco porque no
se puede elegir. El único atractivo es la villa de honfleur.
11 euros 24
horas. No tenemos ya luz. Pero el vecino de al lado nos pregunta si tenemos una
especie de ladrón fino y como no le
comprendemos, nos lo enseña. Al contestarle que no, sin dudarlo pone el suyo y
nos ayuda a conectarnos. Encantadores y solidarios. Resultó ser un camionero que viaja por toda
Europa y también por España, por cualquier punto excepto por el norte, que no lo ha tocado. Ella habla como
un loro y como si la entendiéramos y no son muy ingeniosos para hacerse
entender, por lo que tenemos que
esforzarnos más para comprenderlos y comunicarnos.
Perdidos por
sus calles llegamos al granero de sal, un edificio de piedra con techo de madera del XVII que permitía almacenar
hasta 10.000 toneladas de sal y que actualmente acoge exposiciones, conciertos y conferencias.
Después nos
dirigimos a la iglesia de Santa Catalina. ¡Y qué lugar más sorprendente
y hermoso!. Es un magnífico edificio de madera de los siglos XV y XVI. Su interior es grande, espacioso y el techo, también de
madera, sostenido por pilares del mismo material. Posee también unas hermosas vidrieras.
Es sencilla, única, mágica, ...magnifica. Y
en el exterior, enfrente de la iglesia, está su campanario separado de ella ya
que el armazón de ésta no podía soportar su peso, sobretodo sumando las
campanas y porque de este modo también el peligro de incendio era menor
Mañana llegaremos
a nuestro punto de inflexión: Etretat y Fecamp y temo las masas de gene que
llenarán esta zona tan turística del país.
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